| Miseria planificada |
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| La Isla abandona 2002 en la indigencia: El magro crecimiento del PIB programado para 2003 podría resultar inalcanzable. |
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| por OSCAR ESPINOSA CHEPE, La Habana |
Parte 3 / 3 |
La reducción en el ingreso medio mensual podría reflejar las medidas de austeridad emprendidas durante el año, entre ellas la supresión de la entrega de bolsas con productos de aseo al personal que las venía recibiendo.
Lamentablemente, el ministro Rodríguez no brindó elementos concretos sobre el estado del Intercambio Comercial de Bienes. Pero puede darse por seguro que el abultado déficit en ese intercambio, que supera los 3000 millones de dólares, el doble de las exportaciones desde hace años, aumentó notablemente en 2002 si se tiene en consideración la reducción en la disponibilidad de azúcar y su baja cotización internacional; la ligera caída de la producción de níquel, aunque su precio en los mercados internacionales tuvo cierta recuperación; el brusco decrecimiento de la producción citrícola, a causa fundamentalmente de las adversidades climáticas; y los apreciables incrementos de los precios en el petróleo importado, como causas fundamentales.
En cuanto a la liquidez acumulada en manos de la población, se señaló que llegará a 13.550 millones de pesos al cierre del año. La cifra representa el 45,2% del PIB a precios corrientes, y es superior en 1212,4 millones de pesos al monto existente el año anterior. Este nivel de liquidez resulta significativamente mayor a cualquier otro en los años del Período Especial, y pone en peligro la estabilidad financiera del país por las presiones inflacionarias que está generando.
El desmedido incremento de la masa monetaria en manos de la población, sin una oferta equivalente en bienes y servicios, se distingue de la grave situación que existió a mediados de los noventa en que ahora el dinero está más concentrado, por lo que sus efectos nocivos recaen en mayor medida sobre el sector más humilde de la ciudadanía.
Todo parece indicar que este fenómeno negativo se seguirá profundizando, teniendo en consideración que este año el déficit presupuestario será de alrededor de 1000 millones de pesos, 125 millones por encima de lo establecido en el presupuesto aprobado.
Para 2003 se planifica un déficit de 1074 millones de pesos, lo cual representa el 3,4% del PIB programado. Indudablemente, en estas condiciones seguirá creciendo la liquidez acumulada en manos de la población, con efectos muy nefastos sobre la sociedad.
El calamitoso estado actual de la economía se debe, en parte, a la situación internacional adversa y a los efectos destructores de tres huracanes: el Michelle, en noviembre de 2001, e Isidore y Lili en septiembre y octubre de 2002. No obstante, el principal elemento lesivo para la economía cubana es la tozuda decisión de las autoridades de mantener y reforzar un modelo fracasado que bloquea las capacidades productivas de la nación y la aísla de los procesos integracionistas en curso a nivel mundial, muy especialmente en el contexto americano.
Durante 2002 el Estado mantuvo la presión para seguir asfixiando la actividad de los trabajadores por cuenta propia, con la intención de reducirlos a una magnitud insignificante. También el gobierno aprobó una Ley de Cooperativas dirigida a reforzar su control sobre los cooperativistas y campesinos privados. Ambas acciones tendrán implicaciones económicas muy desfavorables.
Asimismo, las condiciones internaciones pudieran complicarse aún más para Cuba, debido a la eventual pérdida del favorable convenio con Venezuela, lo que unido a la inestabilidad política en esa nación y a un probable conflicto en Irak puede provocar la continuación de la escalada de los precios del petróleo en el mercado internacional, por lo que las perspectivas de la economía isleña parecen muy inciertas.
De lo antes expuesto, se deriva que incluso el magro crecimiento del 1,5% del PIB programado para 2003 podría resultar inalcanzable y, en la práctica, repetirse otra caída de la economía, con su carga de precariedad y penurias adicionales para el pueblo.
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