Jueves, 23 enero 2003 Año IV. Edición 540 IMAGENES PORTADA
Economía
Tocando fondo

Según el 'Anuario Estadístico de Cuba 2001', la industria pecuaria acentúa su desplome.
por OSCAR ESPINOSA CHEPE, La Habana  
Vaca cubana
Vaca cubana. ¿Una especie en extinción?

La crisis de la producción pecuaria cubana se agudiza, según los datos suministrados por el Anuario Estadístico de Cuba 2001, recientemente publicado. La existencia de ganado vacuno era de 4.038 400 cabezas al cierre de 2001; un descenso respecto al año anterior de 71.800 animales. En cuanto a las hembras, la categoría más importante para el desarrollo del rebaño, la reducción fue de 42.400 cabezas, entre novillas y vacas.

Ello indica que se mantiene la incesante disminución de la masa ganadera, que según el censo de 1967 alcanzaba 7.172 000 cabezas. Muchos especialistas consideran que la existencia de ganado vacuno es inferior a las cifras que muestran las estadísticas, ya que desde 1978 no se realiza un censo ganadero en Cuba.

Parejamente, debe añadirse que el ganado en existencia se encuentra desatendido, al no contar la mayoría de las áreas dedicadas a esta actividad con los cuidados indispensables. Los potreros se han llenado de malezas y arbustos, lo que ha reducido los pastos y facilitado el hurto y el sacrificio ilegal de las reses.

Las perspectivas de crecimiento de la masa ganadera no son nada halagüeñas si se toma como base que, según las citadas estadísticas, hubo sólo 704.300 nacimientos en 2001, la cifra más baja después de 1959.

La producción de leche de vaca fue de 620.700 toneladas, inferior en un 40% a la obtenida en 1990, al inicio del Período Especial. Se aprecia también una disminución de las entregas de ganado vacuno para el sacrificio. En 2001 se llegó a 141.800 toneladas (peso en pie), lo que representó una reducción de un 2,7% con respecto al año anterior, y de un 48,0% en relación con 1990.

En cuanto a la producción de ganado porcino, hubo un considerable descenso en 2001, llegándose a 114.900 toneladas (peso en pie), frente a una producción de 142.900 toneladas en 2000.

Sin embargo, la disminución más importante fue la de huevos, con una producción de 1.524 500 millones de unidades, lo que representa una caída del 11,5% con respecto a 2000. La cifra obtenida en 2001 fue un 44,0% inferior a los niveles logrados en 1990.

Antes del Período Especial, la producción de huevos basada en la importación masiva de materia prima para la elaboración de pienso tuvo cierto éxito (de los pocos artículos que en determinadas etapas pudieron venderse fuera del sistema de racionamiento, a precios accesibles para la población). Ahora, con la radical caída de la producción, se observa un gran desabastecimiento del producto, que constituyó durante años una de las principales fuentes de consumo de proteínas para los cubanos. Como es conocido, para contrarrestar las consecuencias de la crisis, en los últimos meses se realizaron compras de huevos en los Estados Unidos.

La producción de carne de ave fue de 70,3 millones de toneladas, una reducción del 0,4% en relación al año 2000, y un 47,0% inferior a lo obtenido al inicio del Período Especial.

De las cifras antes expuestas se deduce que la producción pecuaria cubana, lejos de restablecerse, se sumerge aún más en una crisis de consecuencias impredecibles para la economía y el consumo nacional.


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