Otra visión cubana del ALCA |
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El Gobierno de Fidel Castro se opone a un área de libre comercio que integrará y desarrollará todavía más ambas Américas |
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por DIMAS CASTELLANOS |
Parte 1 / 2 |
La Cátedra de Estudios Sociales y Humanísticos Padre Félix Varela –institución de la sociedad civil emergente que cada mes debate sobre temas de actualidad– puso de relieve la pluralidad de criterios existentes al interior de Cuba sobre el Área de Libre Comercio de las Américas.
El viernes 3 de agosto, bajo el título "Globalización y Economía", se desarrollo la primera de una trilogía de debates organizados con el fin de alcanzar una comprensión integral sobre el problema de la globalización. Las próximas dos sesiones estarán dedicadas a "Globalización y Política" y "Globalización y Sociedad Civil", tres ángulos inseparables del mismo fenómeno.
El evento se inició con dos ponencias introductorias presentadas por los licenciados Manuel Cuesta Morúa, de la Corriente Socialista Democrática, y Arnaldo Ramos Lauzurique, del Instituto de Economistas Independientes de Cuba, seguidas de un debate que contó con 20 intervenciones y tres horas de duración.
Según Cuesta Morúa, el ALCA marca una diferencia radical con otros acuerdos de ese tipo. Desde el inicio busca la integración de los países de la región no sólo en el plano económico, sino también en el político y el social. La Unión Europea comenzó por la integración puramente económica y avanzó sin proponerse un orden político, que se ha puesto en discusión cuando ya está lograda la libertad de movimiento interfronteras y existen determinados niveles de relación e integración económicos.
El despegue del ALCA –continuó Cuesta– es más complejo y ambicioso, comienza por una voluntad política para que el proceso económico no avance por sí solo. Voluntad manifiesta en la Primera Declaración de los Jefes de Estado: democracia representativa, eficiente gestión de gobierno, protección a los derechos humanos y a las libertades fundamentales constituyen, desde el marco político, puntos de partida singulares. El ALCA, sin dejar de ser un proceso de integración, es a la vez una respuesta geopolítica al fenómeno de la globalización.
Cuesta considera que la ausencia de Cuba responde a la reproducción del viejo conflicto entre dos gobiernos. En política no se puede jugar a todo o nada. Resulta que la retórica del Gobierno cubano coincide con el plan de acción del ALCA. La invitación le cierra el paso a su retórica, acelera el proceso y le quita argumentos.

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