Viernes, 24 enero 2003 Año IV. Edición 541 IMAGENES PORTADA
ECOLOGÍA
cubaeco
ARQUITECTURA
HUMOR
CONVOCATORIA
Prensa
Revista
Revista Encuentro
Envia...
Suscríbete...
Ecología
SOS

Un puñal en la espalda de la ecología cubana: La cuestión del Dique Sur.
por JOSé CARLOS LEZCANO, Atlanta Parte 1 / 2
La Habana
Sur de La Habana. Inundación tras huracán Michelle

La madre naturaleza fue pródiga con la mayor de las Antillas. Suelos aptos para la agricultura en casi el 70% de su territorio, extensiones arenosas que forman numerosas playas, amplia variedad florística y barreras coralinas ricas en especies marinas de alto valor comercial. Por sí fuera poco, la Isla tiene una posición geográfica sumamente estratégica en el hemisferio occidental y, aunque los huracanes que cruzan el Caribe en varias ocasiones han azotado al país, otros fenómenos naturales, como grandes terremotos o erupciones volcánicas, no despliegan su poder en Cuba.

Una de las zonas de Cuba con mayor deterioro de las componentes ambientales se extiende 130 kilómetros a lo largo de la costa sur de la provincia Habana, abarcando 1840 kilómetros cuadrados. Ese amplio sector comprende una llanura costera de pendientes muy suaves, surcada por numerosos canales y ríos subterráneos que facilitan la evacuación del agua de escorrentía procedente de otras regiones más elevadas. Aproximadamente el 70% de su superficie está cubierta por manglares, cuya función como "trampa" de sedimentos y barrera protectora a la acción del oleaje y las mareas, es decisiva en la dinámica costera.

Las playas ubicadas en está zona son reconocidas por las propiedades medicinales de sus fangos, representando durante años el único medio de recreación para miles de habitantes en los municipios desde Artemisa hasta Nueva Paz. La contaminación salina afecta la cuenca subterránea litoral y gran parte de las reservas de agua dulce ubicadas hacia el norte, alcanzando niveles críticos en Güira de Melena. La explotación incontrolada del manto acuífero y la reducción paulatina de la cubierta boscosa en el centro y sur de la provincia, contribuyeron al agotamiento de estas reservas, mermando la productividad de los suelos.

A finales de los ochenta, adquiere rango de proyecto la controversial idea de construir un dique sobre este terreno cenagoso. El principal objetivo hidrológico sería retener los volúmenes de aguas pluviales que desde tierra adentro retornaban al mar. Con ello se recargaría el manto, se reduciría la contaminación salina y la agricultura habanera podría disponer de mayores reservas de agua. La obra, al margen de otras consideraciones, buscaba restituir el balance hidrológico primario, pero a una escala con muy pocos antecedentes a nivel mundial.

Los análisis de factibilidad proyectaban el tipo de cifras que adoran los dirigentes comunistas: millones de metros cúbicos de agua estarían disponibles, aumentos fantásticos en la productividad agrícola y por encima de todo, esperanza, la esperanza que palpita en la escasez cotidiana.

Todos los estudios del posible impacto ambiental revelaban que los efectos negativos superaban ampliamente a los dudosos beneficios. Se violaron numerosos requerimientos constructivos al no tomar en cuenta los cálculos referentes al incremento del nivel del mar. Se pasó por alto la necesidad de modelar a escala de laboratorio una obra de esta magnitud. Para los más de 10.000 habitantes asentados en el territorio, la suerte estaba echada. El dique comenzaba a sepultar sus últimas esperanzas.

Salto a cont. Siguiente: Una impresionante... »
1   Inicio
2   Una impresionante...

Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

El Des-Prestige
EUDEL CEPERO, Miami
La Brigada Invasora Che Guevara
EC, Miami
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.