Ottawa: No fue en Gander, sino en Toronto |
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Repercusiones en Canadá tras la petición de asilo de los jóvenes cubanos que viajaron a la Jornada Mundial de la Juventud. |
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por ANA JULIA FAYA |
Parte 1 / 2 |
El puerto aéreo de Gander, en Newfoundland, solía ser uno de los lugares más socorridos por quienes decidían a abandonar la Cuba de Fidel Castro cuando los vuelos en tránsito a los países socialistas o procedentes de éstos tocaban territorio canadiense. Sin embargo, la deserción de un grupo de jóvenes católicos cubanos en Toronto, durante la Jornada Mundial de la Juventud, en ocasión de la visita del Papa a esa ciudad, ha sido noticia principal en los diarios de Canadá. En los medios canadienses, la petición de asilo político de los católicos opacó la salida ilegal desde Cuba a Estados Unidos del ex secretario de Raúl Castro, Alcibíades Hidalgo —el funcionario de más alto rango que haya desertado de Cuba en las últimas décadas—, o la expulsión del ex canciller Roberto Robaina de las filas del Partido Comunista, después de haber sido destituido de su cargo en 1999.
Pudiera pensarse que ello se debe a que esta vez se trató de un grupo relativamente numeroso, que se exilió de golpe. Utilizo el término "relativo" porque si se compara este grupo con las decenas de cubanos que hace unos meses pidieron asilo en el aeropuerto de Barajas, en tránsito a Moscú, dejando prácticamente vacíos dos aviones, el número de 22 —cifra informada por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba— no son nada. Si se les compara con las decenas que este verano —o cualquiera de los anteriores— se han echado a la mar en toda clase de embarcaciones tratando de tocar tierra en territorio norteamericano, el grupo de Toronto sigue siendo insignificante. Cubanos pidiendo asilo político en Bahamas, Miami, Madrid, Islas Vírgenes, Caimán, Cozumel, Cayo Maratón, Largo, Marquesas, o donde los lleven las mareas, es lo habitual en cuanto a noticias sobre Cuba.
No obstante, la deserción de jóvenes que asistían al jubileo católico ha sido la más numerosa hasta el momento en Canadá, motivando diversas opiniones en un amplio espectro político. En medio de esto, los periodistas han desarrollado su trabajo. No todos ellos familiarizados con la problemática cubana; de hecho, algunos no se han aproximado adecuadamente a los acontecimientos. Son varias las razones que explican esta "confusión" de ideas en el ámbito canadiense, este asombro ante los muchachos que se escabulleron en medio de la misa papal.
En primer lugar, existe la visión paradisíaca y limitada que desde hace unos años se tiene en Canadá sobre Cuba, promovida principalmente por los turistas que visitan la Isla. Con la llegada del invierno, cualquier natural de este país con fronteras al Polo Norte se apresura a buscar un paraje cálido y acogedor, que los travel direct desde Ottawa, Montreal o Toronto le proporcionan. Estos paquetes turísticos transportan a decenas de ciudadanos canadienses hacia hoteles y parajes reservados a extranjeros, muy ajenos a la vida cotidiana del ciudadano común de la Isla, lo cual les hace llevarse una visión absolutamente parcial sobre Cuba, "tan linda como las aguas cristalinas de Varadero".
En segundo lugar, porque numerosos grupos de izquierda en Canadá asumen el proceso político cubano como la revolución que fue y no el régimen totalitario que es, a partir de un ideal a alcanzar totalmente desvinculado de la realidad. Muchos de estos grupos, asumen enfoques maniqueos, de manera que todo lo que esté en contra del Gobierno de Castro lo estará en favor de Estados Unidos. Se ve a la Isla, principalmente, como un bastión de resistencia frente a los designios de la potencia americana. De ahí que los desertores y críticos del régimen de Fidel Castro sean en ocasiones acusados de reaccionarios, sin que exista una real comprensión, ni información, acerca de dónde están las izquierdas y las derechas hoy día en la Cuba del socialismo irrevocable.
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