Güines: La vida sigue igual |
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por DORKAS CéSPEDES |
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En la finca Vega Prieta, en el municipio Güines, el 28 de abril pasado se derrumbó una casa.
La fabricación neocolonial no pudo resistir el empuje del tiempo, y la pared de carga se quebró. Pareció que la vivienda se ponía de rodillas.
Estuvo habitada por tres personas. Bernardo Martín, propietario del inmueble, y dos personajes con cierta popularidad en el territorio: Guillermo Gil Almeida, conocido como "Julio Iglesias", y Rosa Girasera, "La Taconeala".
Los tres, unidos como los mosqueteros, deambulaban por Güines. Durante el día mendigaban comida; por la noche paseaban y la gente que al principio los rechazara luego les consideró dignos de lástima.
Quienes los veían conversando, o tirados en un rincón, los miraban, bajaban la cabeza y no decían nada.
Martín pudo finalmente salir de esa situación. Sufrió un infarto cerebral, que le dejó hemipléjico. Irónicamente, el anciano halló entonces techo y algún que otro alimento. No puede caminar y apenas habla. No sabe a ciencia cierta si debe darle gracias a Dios o a su destino.
Julio Iglesias y La Taconeala, sin embargo, continúan esperando la hora de su estrella. No tienen donde echar sus viejos huesos durante la noche, asearse constituye para ellos un milagro y llevarse algo caliente al estómago, toda una faena.
En ocasiones alguien se compadece y les brinda de comer. Las personas bondadosas son cada vez menos. Individuos de baja catadura moral saquearon lo poco que les quedaba en el inmueble, que aún permanece en posición implorante.
Por las calles de Güines, cerca de la riberas del Mayabeque, continúan paseándose Julio Iglesias y La Taconeala. Actualmente pernoctan en los baños de la terminal de ómnibus, después de haber sido desalojados de un portal del edificio del gobierno municipal por su máximo representante, el señor Luis Mesa. Para los antiguos compañeros de Martín, la vida sigue igual.
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