| Nadie se queda porque nadie se va |
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| La Habana no asistirá a los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Las Grandes Ligas abordan un nuevo ciclo. |
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| por ALBERTO ÁGUILA, Miami |
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Restarle brillantez al certamen y el temor a nuevas evasiones, son los verdaderos motivos del Gobierno de Cuba para no asistir a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, programados para desarrollarse en El Salvador entre el 23 de noviembre y el 7 de diciembre próximos. Un comunicado dado a conocer por el Instituto Nacional de Deportes y el Comité Olímpico Cubano, supeditados incondicionalmente a los criterios de Fidel Castro, señala que "temía que sus deportistas y miembros directivos fuesen víctimas de ataques y secuestros". Como ha ocurrido a través de los años, La Habana acusa a un "grupo de anticastristas" de "haber elaborado planes de acciones violentas contra nuestro país y, entre otros, el asesinato del presidente del Comité Olímpico Cubano, José Ramón Fernández". Aunque la nota no lo indica, seguramente donde dice "grupos anticastristas" se refiere a la "mafia de Miami", organización fantasma que aparece constantemente en la mente calenturienta del gobernante cubano, y en los medios de prensa en los que —el estilo es inconfundible— elabora editoriales, notas, comunicados, declaraciones y hasta utiliza el nombre de periodistas para referirse a temas tan disímiles como desmentir al ministro de Salud, hablar a nombre del padre de Elián González o restarle méritos a reconocidos laboratorios antidoping. La disputa del año anterior entre el señor Francisco Flores, presidente de El Salvador, y Fidel Castro en Panamá, en la que el primero refutó valientemente las diatribas del segundo, ha conducido a que se desmerite una competencia en la que los atletas de la Isla eran verdaderas atracciones; la fuga de 12 competidores de alto rendimiento en lo que va de año, la mayoría de ellos escogidos como "atletas del siglo" y que formaban parte de la elite deportiva cubana, constituyó el otro motivo de peso para no asistir a los Juegos Centroamericanos. "Los revolucionarios cubanos estamos acostumbrados a enfrentar al enemigo, a correr todos los riesgos y a salir victoriosos. Aspiramos a ratificar nuestra condición de campeones de esos juegos y cumplir los objetivos previstos hacia Atenas 2004", había dicho poco antes Humberto Rodríguez, presidente —de turno— del INDER, haciéndose eco de las palabras utilizadas por Castro con motivo de los Centroamericanos de Jamaica en 1962, los de Puerto Rico-66, Panamá-70 y los siguientes. El guión del INDER y el COI cubanos no especifica si el posible intento de asesinar al "gallego" Fernández se llevaría a cabo por extremistas residentes en Miami, "mercenarios a sueldo del imperio" o por uno de los millones de ciudadanos que viven en la Isla y desean más la desaparición del régimen que la de uno de sus correveidiles. El temor a la aparición —o desaparición— de nuevos José Ariel Contreras y Miguel Valdés, figuras del béisbol cubano ahora sanas y salvas en Miami, fue el último detonante para llevar a cabo esta "agresión" al deporte de Centroamérica. Así, de golpe y porrazo, La Habana acabó con las ilusiones de numerosos atletas que esperaban la cita salvadoreña como trampolín para solicitar asilo y escapar de la Isla... Con la victoria de Anaheim sobre San Francisco en 4 de 7 juegos, terminó la Serie Mundial de 2002. Cerró un torneo matizado por la inesperada presencia en el clásico de octubre de dos contendientes que no estaban en los pronósticos de ninguno de los entendidos en las Grandes Ligas de Béisbol. De acuerdo con los criterios de los especialistas, los Angelinos debía ser décimos entre los 14 participantes de la Liga Americana, y a los Gigantes le daban el sexto escaño en La Nacional, pero ambos lograron clasificar y mediante el sistema de playoffs alcanzaron las más altas distinciones en ambos circuitos. Sin lugar a dudas, fue importante que en esta ocasión dos de los equipos que no tienen nóminas elevadas en el Big Show disputaran la final, y quizá ello podría contribuir a que multimillonarios dueños de conjuntos favoritos desestimen de sus filas a peloteros supercotizados. Los Gigantes compitieron con una novena elaborada a base de importantes cambios, y Angelinos se apoyó fundamentalmente en los formados en sus organizaciones de Ligas Menores. Yankees, Atlanta, Mets, Texas, todos poderosos, quedaron en el camino, en una temporada donde no hubo grandes récord ni retiradas importantes, pero donde sí se vislumbraron novatos que dieron muestras de poder calzar los spikes vacantes. La actuación del Minnessota, que dejó su lucha en las pugnas de postemporada, y la del Montreal, dos de los que "estaban en capilla" para cambiar de franquicia, trajo un respiro para sus simpatizantes. Entre las notas sobresalientes del año aparece la actuación de los peloteros latinoamericanos, sin los que ya no podría subsistir el béisbol grande: Alex Rodríguez, Manny Ramírez, Sammy Sosa, Vladimir Guerrero, Magglio Ordónez, Bernie Williams, Albert Pujols, Miguel Tejada, el extraordinario Alfonso Soriano, etcétera. También los pitchers destacaron: Pedro Martínez, Bartolo Colón, Eddie Guardado y Freddy García fueron dignos exponentes de la sangre caribeña, más otros muchos que harían la lista interminable. La parte gris del evento fue el intento de huelga, fallido a última hora, de unos peloteros y, más que de ellos, de unos agentes y dueños de equipos que por el momento han comprendido que los fanáticos son los verdaderos "reyes del espectáculo" (no les secundaron en lo absoluto). A partir de ahora comenzarán a reorganizarse los equipos y numerosas serán las especulaciones acerca de los integrantes de cada novena para 2003, aunque los pronosticadores serán mucho más cautelosos...
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