| Lo que va de la guitarra al violín |
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| El rendimiento ofensivo de los peloteros cubanos merma cuando ingresan al mejor béisbol del mundo. |
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| por ALBERTO ÁGUILA, Miami |
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Créalo o no, Omar Linares terminó su primera campaña de pelotero profesional con un anémico promedio de 174, en el equipo Dragones de Chunichi de la Liga Japonesa. El pinareño de 33 años, considerado por la prensa oficialista "como el mejor bateador cubano de todas las épocas", solamente intervino en 16 de los 74 juegos, todos en la segunda parte de la contienda, y su pobre rendimiento pudo estar asociado a una lesión. Sus numeritos: 46 veces al bate, 8 hits, un jonrón, 5 carreras impulsadas y 19 ponches. "Omar el grande", quien compiló durante 19 temporadas en Series Nacionales un astronómico 367 (con bate de aluminio), el más alto average en la pelota nacional durante 100 o más años, rechazó una oferta de 10 millones de dólares por parte del equipo Blue Jays de Toronto, a principios de los 90, cuando estaba en plenitud de facultades. Hace tres meses, y por intermedio del INDER, "aceptó" una contrata por 4000 dólares mensuales, cifra muy inferior a los 100.000 que reciben los jugadores nipones. En las últimas contiendas el pinareño descendió abruptamente en sus averages, debido, entre otras cosas, a problemas de salud, al aumento de peso corporal y a las interrupciones motivadas por su "escaño" como diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la que nunca presentó ningún tipo de proyecto y prácticamente no usó de la palabra. En la temporada de 2002 su nombre no apareció en el equipo Todos Estrellas, distinciones que correspondieron a Michel Enríquez y Rudy Reyes, respectivamente. Los pobres guarismos ofensivos que mostró Linares en la lid del lejano Oriente ponen nuevamente sobre el tapete lo repetido en trabajos anteriores publicados aquí, en los que se ha señalado que "los promedios de bateo de los cubanos están artificialmente aumentados, en unos 50 puntos por encima de la media conseguida por los bateadores de otras 10 ligas beisboleras en todo el mundo". Los jugadores de la Isla que han incursionado últimamente en la pelota profesional, como Jorge Luis Toca, Andy Morales, Alexis Cabreja, Luis Álvarez, Nataniel Reynoso y Osmany Estrada, no han podido lograr numeritos siquiera parecidos a los que alcanzaron en Series Nacionales. En la historia de la pelota criolla correspondiente a la primera mitad del siglo XX destacaron decenas de jugadores que utilizaron siempre el bate de madera, con estadísticas moderadas sobre los 300, como Alejandro Oms, Cristobal Torriente, Martín Dihigo, Pedro Formental y, después de 1950, sobresalieron en Grandes Ligas el legendario Orestes Miñoso, Tany Pérez, Tony Oliva, José Canseco y Rafael Palmeiro, quienes en su primer año mostraron la credencial de excelentes toleteros...
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