Lunes, 11 marzo 2002 Año III. Edición 319 IMAGENES PORTADA
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Pelota de ojos rasgados

La 'cantera' asiática en tránsito hacia la Gran Carpa.
por ALBERTO ÁGUILA, Miami  
Komiyama
Satoru Komiyama. Veterano en Japón,
novato con los Mets de Nueva York

La imposibilidad de contratar peloteros cubanos de calidad, debido a que el régimen castrista lo prohíbe, ha motivado, entre otras causas, que varios magnates de las Grandes Ligas de béisbol hayan dirigido su atención hacia los jugadores asiáticos. Éstos han demostrado poseer gran clase —en muchos casos superior a la de los mencionados— y, a la vez, no afrontan los problemas migratorios que atenazan a los criollos.

En los últimos 3 años, numerosos peloteros de Japón, Corea del Sur y Taiwán han sido contratados por organizaciones beisboleras americanas y actualmente se les puede encontrar desde la Gran Carpa hasta las ligas de clase A, con la anuencia de la federación japonesa de béisbol y la admiración de su público, que los tiene como lo que son: verdaderos héroes deportivos —incluso con una enorme popularidad, mayor que la ostentada por los competidores del fútbol soccer o el voleibol, especialidades de gran seguimiento en esa parte del mundo.

Si en la actualidad una mayor cantidad de jugadores asiáticos no exhibe sus nombres en las chamarretas de los equipos norteamericanos, se debe a que en sus países recibe jugosos beneficios económicos sin tener que cambiar las costumbres y los horarios, y sin las dificultades que origina un idioma diferente.

Como es conocido, a partir de 1991 y hasta 2000, una veintena de peloteros cubanos dejaron la Isla con el ánimo de jugar béisbol profesional, mejorar sus ingresos económicos y, de paso, obtener las libertades individuales que se les niega en Cuba. Aunque en Estados Unidos han tenido todas las facilidades, solamente una minoría ha mostrado el nivel necesario para competir en esta pelota.

Otros jugadores que han integrado el equipo Cuba en los últimos 30 años no dieron el gran salto de su vida —que, por supuesto, es venir a tierras de libertad— fundamentalmente por temor a separarse de sus familiares, ya que el Gobierno cubano obstaculiza las vías propicias para lograr la reunificación familiar en un plazo determinado.

Los peloteros asiáticos, especialmente los japoneses, se le han ido por delante a los cubanos, debido a que en sus ligas intervienen también jugadores norteamericanos y latinoamericanos, lo que les obligan a superar su calidad para poder competir en un tipo de evento que cada año busca mejorar en clase.

En Cuba ocurrió algo similar en las décadas del 40 y 50, cuando los torneos eran de una categoría que mediaba entre las clasificaciones de Triple A y Grandes Ligas. De ahí que infinidad de peloteros de la tierra de José Martí se abrieran paso en el béisbol norteño.

Durante un tiempo se dijo que de la pelota nipona sólo sus lanzadores eran utilizables, pero las demostraciones de Ichiro Suzuki con los Marineros de Seattle en su primera temporada, en la que logró la corona de bateo, y el juego brillante del también jardinero Shinjo Tsuyoshi, de los Mets, han motivado que otros bateadores hayan sido contratados por diferentes equipos estadounidenses.

Con relación a los monticulistas, Hideo Nomo, después de brillar en la tierra del sol naciente, es desde hace varias temporadas un estelar en Grandes Ligas, y acaba de firmar un convenio superior a los 13 millones de dólares, por dos años, con los Dodgers de los Ángeles. Asimismo, el surcoreano Chan Ho Park acordó un contrato de 5 años y 65 millones de billetes con el Texas, que le representa un promedio anual de 13 millones, lo que lo convierte en el sexto pitcher mejor pagado de la Historia.

Kasuhiro Sasaki es un cerrador estelar y brilla con los Marineros de Seattle; Masato Yoshii es de los abridores con que cuentan los Angelinos; Hasegawa Shigetoshi está en la rotación de ese mismo conjunto; y el derecho Hideki Hirabu, quien estuvo dos años con los Yankees y dos más con el Toronto, hará un comeback después de estar lesionado en la justa anterior.

Por si fuera poco, en las últimas semanas se han producido nuevas contrataciones de jugadores japoneses. Los Dodgers no se contentaron con tener a Nomo, y buscaron al pitcher Kazuhisa Ishii, quien había sido disputado por otros equipos de las Mayores, y lo compraron al conjunto Golondrinas de Yakult por una cifra superior a los 11 millones de dólares. Los Cardenales presentarán al jardinero So Taguchi, quien llegó a un acuerdo por 3 millones y contrato de 3 años.

La contienda que arrancará en abril será un termómetro medidor para ver por dónde andan los nipones, cuyo país no sólo invadió Estados Unidos en los sectores automovilístico y electrónico, sino que al parecer también está en condiciones de copar el mercado beisbolero.


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