AFP/ Managua. El lanzador cubano José Ariel Contreras fue la atracción de los aficionados nicaragüenses al béisbol en su primera aparición pública en un terreno de pelota tras su arribo el pasado lunes a este país, donde espera obtener residencia con miras a su paso a las Grandes Ligas.

Contreras se presentó el martes en el Estadio Roberto Clemente de Masaya, 30 kilómetros al sureste de Managua, despertando entusiasmo entre los aficionados del equipo local Las Fieras del San Fernando, al que se integrará como miembro del equipo técnico de pitcheo.

La sesión de entrenamiento en el terreno de juego atrajo al público hacia el Estadio —algo poco común en el país— para observar al astro cubano, quien recibió aplausos a cada movimiento.

El pelotero, quien abandonó la selección nacional de Cuba en octubre pasado, cuando se jugaba en México la Serie de las Américas, pretende obtener la residencia nicaragüense con miras a convertirse en agente libre en las Grandes Ligas de Estados Unidos.

"Vengo a Nicaragua porque hay muchas cosas que nos identifican, entre ellas la pasión hacia el béisbol. La verdad, me siento en ambiente", dijo el astro cubano en declaraciones a la prensa.

Contreras fue contratado por el San Fernando para entrenar a los lanzadores de ese conjunto, mientras logra colocarse en las Grandes Ligas.

"Ustedes me verán haciendo bullpen constantemente. No participaré en los juegos porque no se puede, pero entrenaré junto a los muchachos para mantenerme en forma", aseguró Contreras.

El pelotero evitó responder a preguntas sobre la situación política en la Isla, ya que "lo mío es el béisbol. No tiene nada que ver con política. Sencillamente deseo probar si puedo ser un pitcher ganador en el mejor béisbol del mundo".

Ante la insistencia de la prensa sobre los motivos por los que decidió abandonar al equipo cubano, Contreras manifestó que "no es tan fácil tomar una decisión de esta naturaleza cuando tienes una familia".

El astro cubano, de 31 años, es el menor de una familia de nueve hermanos. "Mis padres son ancianitos. Mi papá tiene 80 años. Y mis hijas son dos, una de diez y otra de dos años".

Tras su salida de la Isla en octubre, asegura que ha hablado con ellos. "Debo agradecer que están bien y no han sido asediados por nadie. Eso me deja concentrarme en mi trabajo". Contreras valoró como uno de sus grandes logros con la selección cubana haber ganado la medalla olímpica en 1996, en Atlanta. "También tuve otros éxitos valiosos porque verdaderamente siempre metí el brazo a fondo por mi país".

El juego de exhibición entre el equipo B de Cuba contra los Orioles de Baltimore, ganado por los isleños, "fue como terminar de confirmar algo que se decía de mí y del béisbol cubano, que teníamos toda la calidad necesaria para rendir en ese contexto tan exigente".

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