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Con normalidad, o por lo menos en apariencia, el público norteamericano regresó a los estadios beisboleros, después de una semana de receso, motivado por los tristes y deplorables sucesos acaecidos en New York y Washington. Desde Filadelfia hasta Los Ángeles y desde Atlanta hasta Seattle, en unas imaginarias líneas diagonales, la calma pareció renacer ayer, fecha en que los diamantes volvieron a ser centro de grandes concentraciones de personas.
Es lógico que los aficionados hayan vuelto a ver béisbol, uno de sus deportes favoritos, y aunque cada uno de ellos, interiormente, haya sentido cierto temor, las medidas de seguridad tomadas alrededor y dentro de cada parque, les relajó de las tensiones vividas en los días precedentes.
El Comisionado de Béisbol en las Ligas Mayores, Bud Selig, señaló que los juegos suspendidos serán reprogramados, y que las series de playoffs comenzarán aproximadamente con una semana de atraso, lo que provocará que la Serie Mundial se dispute, por primera vez, a inicios del mes de noviembre. Selig afirmó que las Mayores y sus 30 equipos harán una contribución sustancial a los esfuerzos de recuperación nacional. Por ahora, ya todos los jugadores lucen la bandera de Estados Unidos en su vestuario hasta el fin de temporada.
Diferentes personalidades del béisbol han realizado declaraciones relacionadas con lo ocurrido. Tany Pérez, mentor de los Florida Marlins, fue uno de ellos."Sólo han pasado seis o siete días, pero para mí [la pausa] parece un largo tiempo, como si hubieran transcurrido mil años. La noticia [de los atentados] me dejó perplejo, no podía creer lo que hemos visto. No resulta fácil volver a la normalidad después de esto. Ese vil ataque nos afectó a todos. Atacaron la democracia. Nos atacaron a todos los que vivimos en libertad, y también a las personas que no son libres y que desean serlo".
Rafael Palmeiro, acaso el mejor pelotero de ascendencia cubana en los últimos años, dejó a una lado su habitual mutismo, y al referirse a la idea del lanzador Curt Schilling, de que cada pelotero done un día de haber para contribuir con los familiares de las víctimas de los ataques, dijo:"Creo que debemos hacer lo que sugiere Curt, estamos obligados a hacer algo, no como beisbolistas, sino como ciudadanos norteamericanos". Mientras, en New York, el torpedero Reynaldo Ordóñez expresó:"La idea [de Schilling] es formidable, será un granito de arena donde irá el corazón de todos nosotros". Ordóñez recordó como las Torres Gemelas, devastadas por las explosiones, habían sido un lugar visitado por él en innumerables ocasiones. "Es como si nos hubieran arrancado un pedazo del corazón. Allí tenía muchos amigos que adquirí en los tres años que llevo viviendo en esta ciudad".
Otras luminarias de las Grandes Ligas, como Barry Bonds y el dominicano Sammy Sosa, también hablaron acerca de lo acontecido. Bonds se preparaba para jugar en Houston contra el elenco de los Astros, donde pensaba acercarse a la marca de los 70 jonrones de Mark McGwire, pero su mente cambió a raíz de lo ocurrido."La gente no quiere hablar ni saber nada de jonrones, todos estamos pendientes de las decisiones y palabras del Presidente Bush. Siento mucho dolor por todos los que sufren en esta hora". Por su parte, Sammy Sosa, acaso el ídolo principal de los latinoamericanos fanáticos del béisbol, declaró: "El béisbol ha pasado a un plano secundario. Ha sido algo increíble y criminal lo sucedido la semana anterior. Tenemos que recuperar la confianza y el sentimiento de seguridad".
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