| A la espera de una oportunidad |
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| Con sólo 28 innings de labor en Grandes Ligas, Adrián 'El Duquecito' Hernández debería consolidarse este año en las Mayores. |
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| por BOBBY SALAMANCA JR., Miami |
Parte 1 / 2 |
El cubano Adrián El Duquecito Hernández debe demostrar en 2003 que es un pitcher capaz de imponerse en las Grandes Ligas. Sin embargo, para lograrlo tendrá que esperar por una oportunidad de los Yankees de Nueva York.
En dos años junto a la organización neoyorquina, El Duquecito se desempeñó como lanzador abridor, pero últimamente los Yankees han decidido utilizarlo en el rol de relevo. A simple vista se trata de una degradación, mas el cubano parece ser parte de una estrategia emergente de los Mulos ante la nueva realidad económica que impera en la Gran Carpa.
"Me dijeron que deseaban utilizarme como relevista y que me preparara para realizar ese tipo de trabajo", dijo Hernández, quien lanzó para los Industriales en el béisbol cubano. "Los técnicos me indicaron que comenzara a lanzar haciendo el wind up lateral".
La salida del relevista Ramiro Mendoza, quien se embolsilló 2 600 000 dólares en su último año con los Yankees —declinaron ofrecerle arbitraje salarial—, junto a la decisión de convertir a Hernández en apagafuegos, se interpreta como un reajuste en el bullpen del equipo. La razón de tal movimiento no tiene sus orígenes en aspecto deportivo alguno, es una operación de Nueva York para recortar su presupuesto salarial y de esa forma evitar el pago excesivo de impuestos.
El acuerdo laboral alcanzado entre propietarios y peloteros en agosto pasado dibujó la situación actual. Los equipos que tengan nóminas por encima de los 117 millones de dólares pagarán el llamado "impuesto de lujo": un por ciento extra por cada dólar que gasten al rebasar la cifra señalada, monto que irá a parar a manos de los clubes con menos ingresos. A los Yankees, la novena más gastadora de las Mayores, se le calculaba un presupuesto salarial de 125 928 583 al comienzo de la pasada campaña, pero esa cifra superó ampliamente los 130 millones para el mes de agosto del presente año.
Firmado por los Yankees en abril de 2000, por la suma de 4 millones e igual número de temporadas, el derecho de 27 años está consciente de que el tiempo ha comenzado a correr en su contra. Si en la próxima contienda no tiene la posibilidad de demostrar que es un pitcher de Grandes Ligas le quedaría sólo un año más para convencer a los propios Yankees —tienen una opción sobre el cubano para un quinto año— o al resto de los 29 equipos de que tiene madera y merece un segundo contrato.
Esta campaña lanzó sólo seis entradas para los Yankees. No hubo más oportunidades.
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