| Un béisbol que no hace sombra |
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| Pormenores de una Superliga aletargada por el candente sol y la excesiva 'diplomacia'. |
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| por IVáN GARCíA, La Habana |
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A las dos de la tarde, cuando muchas personas en Cuba buscan resguardarse del sol brutal del verano bajo el techo refrigerado de cualquier cafetería por dólares —aunque sólo sea para mirar y no consuman ni un refresco—, los minutos de temperatura agradable saben a gloria. Precisamente a esa hora, cuando más pican los rayos solares y todos buscan la sombra, es que salen a la grama del estadio los peloteros que por estos días juegan la I Superliga de Béisbol, con más de 35 grados de temperatura y las gradas vacías.
En estos meses calurosos la afición le ha prestado poco interés al torneo, a pesar de que ahí compite la crema y nata de la pelota nacional. Según comentan los fanáticos, las estrellas del patio están jugando de forma "muy diplomática". Hay calidad, pero no se "josea". Por ello muchos prefieren no salir de casa y verla por televisión, o escucharla por radio.
En los primeros compases del evento la paridad está centrada en tres equipos. Centrales y Occidentales van abrazados a la cima, con 4 triunfos y 2 reveses. Habaneros acecha a medio juego con 4 victorias y 3 fracasos. Los Orientales duermen en el frío sótano, con una solitaria sonrisa y 6 partidos perdidos.
La lluvia sigue haciendo de las suyas, aunque esta semana se recuperaron varios encuentros sellados. Lo más destacado fue el bateo del novato de Centrales, Andy Zamora, hijo del otrora primer bate de los equipos de Villa Clara, Amado Zamora. Andy heredó de su padre la costumbre de pegar líneas hacia todos los ángulos del terreno. Batea 529 y es asediado por el mejor pelotero cubano del momento, la tercera base de Habaneros, Michel Enríquez, quien promedia 517, es líder en hits con 10, jonrones con 2 e impulsadas con 11.
Los también habaneros Carlos Tabares y Yasser Gómez van al frente de las anotadas, con 5 cada uno. Desde el box han brillado el estelar José Ibar, quien con su recta de 94 millas y su enigmática bola de nudillos ponchó a 7 y no permitió carreras limpias en su victoria frente a Occidentales.
Otro que no cree en el calor es la pistola más rápida de Cuba. A pesar de que el vapor que emanaba del césped del viejo estadio del Cerro era comparable al de los hornos de una acería, Maels Rodríguez tiró y terminó fresco como una lechuga. Con rectas de 90 millas y sliders de 87, Rodríguez lanzó 8 sólidas entradas, permitiendo un solo hit.
Mientras esta semana se continúa jugando la Superliga bajo el intenso sol, otros peloteros se preparan para eventos cumbres. En la no menos calurosa Isla de Margarita, en Venezuela, cubanitos de 9-10 ocupaban el tercer lugar tras Venezuela y Brasil, en el torneo panamericano de la categoría. Y en Cuba se alista la selección de la categoría 15-16 años que tomará parte, en la primera quincena de septiembre, en el evento del hemisferio, a celebrarse en México.
A falta de topes internacionales con similares, los criollitos juegan en el torneo provincial de mayores de Ciudad de La Habana. Y no lo han hecho mal. Han ganado 5 con 3 derrotas y desde ya los entendidos se han quedado boquiabiertos con futuros talentos como los capitalinos Richard Haja (3b) y Oscar Mesa (2b), recios bateadores. También brilla el lanzador derecho Yadier Pedroso, de provincia Habana.
Por su parte, el equipo juvenil prepara las maletas para competir del 1 al 12 de agosto en el Campamento Mundial que se efectuará en Canadá. Muchos son los prospectos que se destacan y quienes en la venidera temporada nacional demostrarán su valía. Pero ojo con el jugador de Bauta, en el interior de La Habana, Juan Carlos Linares. Linares es una versión de la nueva estrella Kendry Morales, pues pitchea, juega varias posiciones al campo y batea desaforadamente.
También lucen los pitchers de la capital Deinis Suárez, con rectas de 93 millas, y Frank Montiel, con rectas de 90 y rompimientos aún de nivel juvenil.
Punto y aparte para el antesalista Yuliesky Gourriell, quien en la terminada campaña bateó 300 y lució un mundo con su equipo Sancti Spíritus, subcampeón nacional.
Así que mientras la gente toma mucho líquido y se cobija del fuerte calor, peloteros del patio de todas las edades salen a jugar, bajo un sol que asusta.
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