AFP/ París. La Feria Internacional del Libro de la Habana que comienza este jueves sufre de una doble ausencia: la de los disidentes y la de los autores prohibidos, denunció en París este miércoles un manifiesto de intelectuales a favor de la libertad de expresión en Cuba.

Francia es la invitada de honor en esta Feria, que se prolongará hasta el 17 de febrero, pero según un vocero del ministerio francés de Relaciones Exteriores, "más allá de la promoción de la edición francesa, la presencia de autores e intelectuales franceses en esta manifestación contribuirá al debate de ideas en el seno de la sociedad cubana, particularmente sobre la libertad de expresión y la libertad de creación".

Los precedentes países invitados de honor de la Feria del Libro de La Habana fueron Italia y España.

El llamamiento por la defensa de la libertad de expresión en Cuba subraya que la Feria de La Habana "sufre de una doble ausencia: la de los intelectuales disidentes cubanos y la de los autores prohibidos en Cuba".

"Desde hace más de cuarenta años, las autoridades políticas y culturales de la isla sólo admiten la vigencia de un pensamiento único. La libertad de expresión no existe en Cuba. Muchos escritores, periodistas, bibliotecarios independientes, son constantemente hostigados en su vida cotidiana. Numerosos libros están prohibidos y sus lectores pueden ir a la cárcel por simple delito de opinión", afirma el comunicado.

"No aceptamos —agrega— que el público cubano solamente pueda tener acceso de forma clandestina a una parte importante de la cultura universal y de su propia cultura" y no basta solamente con reclamar el levantamiento de las restricciones al comercio de bienes y mercancías "sin exigir al mismo tiempo la libre circulación de las ideas y de los seres humanos".

"Reclamamos la libertad de difusión de todos los libros en Cuba, sin trabas ni censura. Todas las personas deben poder salir de su país y volver a entrar sin restricciones", exigen los firmantes del llamamiento, que añaden: "queremos que todas las ideas puedan ser escuchadas, discutidas, criticadas".

"La apertura de Cuba al mundo no vendrá únicamente de las reformas económicas. Será una realidad cuando las condiciones de un debate democrático estén reunidas junto con el restablecimiento de una total libertad de expresión", añaden.

Entre los numerosos firmantes de este llamamiento figuran Corinne Cumerlato, Jacobo Machover, Denis Rousseau, Robert Ménard, secretario general de Reporteros sin Fronteras, Dariel Alarcón Ramírez (Benigno), Jean-Pierre Clerc, Ileana de la Guardia, Jorge Masetti, Laurent Muller, presidente de la Asociación Europea Cuba Libre, Zoé Valdés, Elizabeth Burgos, Eduardo Manet, y, por la Fundación de periodistas independientes asociados en Cuba (FPIA): Jesús Zúñiga, Eduardo Pérez Arrufat, María del Carmen Carro, Jesús García Leyva.

Sobre esta Feria del Libro de La Habana, Jacobo Machover —catedrático cubano en la Universidad de París y autor de varios libros, el último de los cuales es La memoria frente al poder— sugirió en el diario parisiense Liberation que los escritores que asistan al evento podrían introducir con ellos, entre su equipaje, libros prohibidos por el régimen castrista a fin de donarlos a bibliotecas no oficiales en nombre de la libertad de expresión e información.

Señaló que la Feria tiene lugar en la célebre fortaleza de La Cabaña donde, en los primeros meses de la revolución "centenares de hombres fueron enviados a los pelotones de ejecución que funcionaban a pleno régimen" en el interior de esta prisión.

"Sería bueno —escribió Machover— que el ciento de escritores (entre los más eminentes) y las decenas de editores que van a ese lugar sepan en qué escenario van a desarrollarse las lecturas y debates sobre literatura francesa y cultura universal, sería necesario que algunos de ellos se saquen la venda que se han puesto sobre los ojos y que cesen de proclamar que han pasado "40 años soñando Cuba".

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