Lunes, 22 julio 2002 Año III. Edición 414 IMAGENES PORTADA
Los libros
El hacha de miel

por C. E. D., Miami  
Portada

El poeta, novelista y editor Carlos A. Díaz Barrios evoca la edición casi clandestina del primer poemario de Rodríguez Santana, con quien compartió la búsqueda del infierno y el paraíso donde se hace el escritor.

Como la mejor ola del mar

"Los grandes bosques cubanos ardieron en las pailas de los ingenios y los indios fueron masacrados en encomiendas y brutalidades como animales mansos, el Almirante Cristóbal Colón se hundió en la desgracia y los últimos amigos que estuvieron a su lado, dijeron que estaba cubierto por las sombras...".

Cierro los ojos y aún veo la calle San Ignacio, escucho el ruido de las máquinas de la imprenta y al pobre Cangrejo, aquel tullido que durante muchos años se hizo pasar por periodista y llamaba a los amigos por teléfono para que le ayudasen a escribir sus notas de prensa...

Luego contemplo el diminuto pasillo, la división de madera que pasa a una habitación sin puerta donde hay un buró, dos sillas y una montaña de materiales ya revisados al fondo.

Y empujando el olvido del recuerdo, allí está Efraín Rodríguez Santana, y más allá Rafael Zarza con sus geniales toros pintados en el aire, y yo sentado en el buró del fondo bajo la luz de lámparas que tenían un oleaje de oros.

Sigo empujando, empujando lo que deja el olvido para inventar el recuerdo... Nuestros sueños de hacer con los personajes de la historia la mejor poesía de todos nosotros, y también buscando el infierno y el paraíso donde se hace el escritor.

Un día, por un acto de justicia laboral, Efraín, que fungía como secretario del Consejo de Trabajo, absolvió al gordo Casallas de la tremebunda acusación de desviar materiales de la construcción para reparar su casa. Fue un acto banal de una justicia banal, que terminó en la bondad del corazón. Y por gratitud, Casallas le regaló a Efraín la publicación de un libro que llevaba por nombre El hacha de miel.

Aquél fue un libro casi clandestino, que salió de la nada como la mejor ola del mar. Todo fue una fiesta, desde Bernardo, el linotipista sordomudo que puso en las líneas del plomo al Gran Almirante Cristóbal Colón descubriendo la Isla cuando pasaban los pájaros, hasta el maquinista Cabrera, que trajo las primeras pruebas de máquina.

Sobre la mesa de redacción estaba toda la Isla llena de bosques, todos los miedos y todos esos esplendores donde el talento avanza con la razón de haber ganado todas las batallas de los hábiles días del mundo.

El libro fue y es un gran libro, porque está hecho de la materia que permite a la belleza ser libre y ser única: el homenaje. Un homenaje que nos fue iluminando el rostro. Un homenaje que fue saliendo del país de las sombras y se puso sobre esa mesa con todas las tintas del júbilo de la mejor canción.

Lo demás no tiene importancia. Sólo ese libro oceánicamente perfecto. Lo demás carece de importancia, sólo quedan las palabras que Efraín salvó del silencio. El silencio que nos dio tanto trabajo cantar...

Muchos años después, tuve la suerte de llegar a Palos de Moguer, contemplar la fontanilla donde el Almirante tomó el agua para sus naos, la ría que se abría contra un cielo lleno de luces, y las montañas al fondo cubiertas de una niebla que parecía estar mojada de diamantes. Más allá, la mar océana libre y deslumbrada como aquellos versos donde Efraín Rodríguez Santana cantaba que descubrir una isla era descubrir el camino a Dios...

Quién nos lo iba a decir, que la poesía es el mejor viaje del corazón.


Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

Memorias de una isla
CED, Miami
El mar y la montaña
Pedro Blanco, el negrero
El siglo de las luces
Sus mejores cuentos
Lo cubano en la poesía
NOTICIERO
SOCIEDAD
ECONOMÍA
CULTURA
los libros
el criticón
el caldero
INTERNACIONAL
DEPORTE
MÚSICA
OPINIÓN
DESDE...
ENLACES
Chat
ENTREVISTA
Cartas
BUSCADOR
Galeria
Hoja
EDICIONES
» Actual
« Anterior
» Siguiente
Seleccionar
D:  
M:  
A:  
   
Niño
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.