La isla en peso |
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por C. E. D., Miami |
Parte 1 / 2 |
Para el filósofo y ensayista Emilio Ichikawa, el hallazgo del largo poema de Piñera decidió su entrega definitiva al estudio y al desvelo por la Cuba sensitiva.
Un descubrimiento liberador
En el discreto apartamento de Nelson (otra estrella "más brillante"), camuflados por las murallas gastronómicas del Cuerpo de Guardia de La Covadonga, el hospital de El Cerro, nos reuníamos a estudiar y comentar lecturas un grupo de amigos entre los que sobresalía, y campeaba por su sensibilidad, Abilio Estévez.
¿Cuál era el tiempo que habitaban aquellas confluencias? Como anotó Marguerite Yourcenar sobre una observación de Flaubert, también hubo una época, entre el desprestigio del comunismo de matriz bolchevique y el advenimiento aún más dogmático del capitalismo, en que estuvo el cubano solo. Fue ese período de unos cinco años que corre de 1989 a 1994, cuando los ateos se convirtieron al catolicismo y los católicos al paganismo. Se dice que por entonces se mezclaba la desesperación ideológica con la incertidumbre metafísica, y que los amantes no miraban al cielo, y que apenas tenían tiempo para contarse las noticias del periódico oficialista Granma; pero lo cierto es que gracias a los amigos fue para mí una temporada de hallazgos que hoy casi siempre me agrada recordar.
Allí, donde Nelson, Abilio hizo una lectura feliz del extraordinario poema Isla famosa, de José Martí, y nos contó que existía también una Carta Abierta de éste a Néstor Ponce de León que resultó ciertamente desconcertante. Ojalá los cubanos se atrevan a ella. Fue una de esas noches que cayó en mis manos, ya para siempre, el texto que probablemente haya acabado por decidir mi entrega definitiva al estudio y al desvelo por la Cuba sensitiva. Me refiero a La isla en peso, de Virgilio Piñera.
Se trata de un poema que mezcla eficazmente, en los planos de la belleza estética y el hallazgo sociológico, los caminos de la meditación tranquila, la observación aguda y la experiencia de intensidad. Era un descubrimiento liberador para alguien que, desde el forceps de la docencia filosófica, trataba de aprehender un mundo que abandonaba de una vez las rígidas coordenadas de la modernidad. La isla en peso es lo que se llama un "poema largo", y esto es importante no por la mera extensión, sino porque demuestra constancia, disciplina, sostenimiento de la imaginación poética más allá de la clásica corazonada.
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