Lunes, 15 abril 2002 Año III. Edición 344 IMAGENES PORTADA
Los libros
Los años de Orígenes

por C. E. D., Miami Parte 1 / 2

El narrador Carlos Victoria rompe lanzas por el libro maldito de García Vega, que es, según Antonio José Ponte, una de esas obras porfiadamente negadoras de las cuales nuestra literatura tanto necesita.

El testimonio de una incongruencia

El cubano le huye a la confesión. Me refiero a la confesión verdadera, la que revela culpas, confusiones, desaciertos y fallas.

Cuando un cubano nos habla de sí mismo, debemos prepararnos para escuchar proezas. Miope para la introspección, para el juicio —no digamos severo, ni siquiera imparcial, sino al menos medianamente franco— de su vida, sus acciones e ideas, de golpe su mirada se vuelve penetrante cuando le toca poner en la picota a otros, en especial si éstos son enemigos.

Su espejo siempre está colocado hacia afuera, mientras él, oculto tras el dorso, acicala su imagen con destreza y reconstruye a su forma su historia, a veces hasta el borde del delirio. Entretanto, hace gala de su exactitud al describir paisajes y accidentes en el campo opuesto.

Esta "exterioridad" no la usa solamente para resguardarse, sino también la extiende como una capa protectora a su clan, a los que él considera como "suyos".

En nuestra literatura, por lo tanto, no abunda la honestidad personal, algo que, dicho sea de paso, no hace mejor ni peor una obra: la literatura carece de moral. Dos de nuestros más grandes escritores, y no diré sus nombres (yo también soy cubano), fueron grandes mitómanos, expertos en el arte de pulir, bruñir y agigantar. Y, por lo menos, los libros de uno de ellos deben su fuerza y su vitalidad a este don para el acicalamiento, para el cinemascope de zonas escogidas con extremo cuidado, y para la total obliteración de las más engorrosas; en resumen, para el escamoteo. Unos pocos —y pienso, entre otros, en José Manuel Poveda— se ufanan, exhibicionistas, en magnificar sus excesos, lo que a la larga viene a ser lo mismo: otra forma de encubrir, de adornarse.

Asombra entonces encontrarse con Los años de Orígenes, de Lorenzo García Vega. Estas memorias, por ponerle algún nombre a un libro que en esencia es inclasificable, raspan la corteza del autor y de su circunstancia, escarban con ahínco todos sus escondrijos, develan sin pudor su trayectoria, la suya y de los suyos, con sus baches, traspiés y tambaleos, dando lugar así a un acto ajeno a la naturaleza del cubano.

Salto a cont. Siguiente: No hay libro... »
1   Inicio
2   No hay libro...

Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

Obra poética
CED, Miami
Historia y estilo
'Boarding Home'
Los días de tu vida
Los pasos perdidos
La selva oscura
NOTICIERO
SOCIEDAD
ECONOMÍA
CULTURA
los libros
el criticón
el caldero
INTERNACIONAL
DEPORTE
MÚSICA
OPINIÓN
DESDE...
ENLACES
Chat
ENTREVISTA
Cartas
BUSCADOR
Galeria
Niño
EDICIONES
» Actual
« Anterior
» Siguiente
Seleccionar
D:  
M:  
A:  
   
Castro
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.