Viernes, 04 enero 2002 Año III. Edición 273 IMAGENES PORTADA
Los libros
Lo cubano en la poesía

por C. E. D. Parte 1 / 2
Portada

Poeta y dramaturgo, Norge Espinosa Mendoza es ante todo un crítico agudo, brillante e inteligente. Desde esa óptica, se ha acercado al libro de Vitier con fervor y respeto, pero también con la voluntad de discusión que, según él, todo libro verdaderamente importante debe ofrecernos.

Un clásico vivo

Coincidamos, al menos, en que toda literatura, para ser tal, necesita de la presencia de determinados libros. En tanto esos libros definen un carácter, un espíritu, una voluntad de búsqueda que consiga encarnar en la propia materia del país al que se refieren, retratan o persiguen, esos tomos son imprescindibles. Trazan líneas, proporciones, definen cánones, son manifiestos de la desazón o el gozo que la nación halla en sí misma, reproducida en páginas imborrables. Coincidamos, también, en que no todas esas literaturas tienen esos libros. O que a veces, los títulos que fueron alzados como piezas paradigmáticas de ese cuerpo nacional, acaban siendo olvidados, puestos en tela de juicio, negados o discutidos hasta ser pulverizados por las nuevas generaciones. Todo eso, insisto, es fundamental para que un país comprenda o juegue a comprender su noción de sí desde la literatura.

Lo cubano en la poesía es uno de esos libros. Imprescindible, a la vuelta de tantas décadas, se le sigue leyendo y entendiendo como piedra de toque para el concepto poético que ha ido fundamentando Cuba hasta la actualidad. Escrito en 1957 por Cintio Vitier, lo integran las diecisiete lecciones que el poeta y ensayista concibió para ser ofrecidas como un Curso entre los muros del Lyceum de La Habana. Curso, lecciones, metodología, poética... son palabras que no deben dejarse fuera de las revisiones que de vez en vez nos exige este ensayo denso, abundoso de páginas, en el que se nos dice y augura que la poesía va iluminando al país. Redactado cuando ya la aventura de Orígenes era historia, ese libro está sin embargo en la memoria y el rostro que hoy preservamos (o se nos quiere hacer preservar) del grupo origenista. Es un manifiesto, una lectura programática y tendenciosa —como ha de serlo todo manifiesto, coincidamos de nuevo— que conduce el tránsito de lo lírico en Cuba hasta el glorioso portal que fue el cenáculo lezamiano.

Vitier hurga en ese misterio, en "lo cubano", no para desentrañarlo, lo cual sería obra alquímica, sino para enumerar y calibrar sus manifestaciones. Cómo ese enigma, lo cubano, ha alcanzado a ser entrevisto en la literatura de una isla remendada a golpes de cruces culturales, bajo presiones políticas y de tantas otras clases que pudieron transformarla en una suerte de caos tropical. A ese caos, Vitier enfrenta un orden, inefable como la poesía misma, pero sostenido en la propia voluntad de resistencia que todo poeta ha debido mostrar en ese archipiélago a fin de poder ser. Recordemos aquí la frase de Varona, aplicada a Julián del Casal, aquella donde el pedagogo afirmaba que "en Cuba se puede ser poeta, pero resulta imposible vivir como poeta". Lo cubano en la poesía es una respuesta a esa sentencia. Ya que la isla no siempre podía entender a sus bardos, los bardos iban a entender, a redefinir, a reinventar una nueva isla.

Arcadismo, Ingravidez, Intrascendencia, Lejanía, Cariño, Despego, Frío, Vacío, Memoria, Ornamento, son los puntos cardinales, las montañas y capitales de esa nueva isla. Vitier desarrolla su tesis interconectando autores de diversas épocas, en un avance cronológico que avanza redibujando la propia historia en la cual dice engastarse. Del paisaje poblado de indios y náyades a la voluntad bucólica del romanticismo, se alcanza hasta el hastío del poeta modernista, se toca fondo en la sombra martiana y se quebranta ese mismo espejo en la desazón republicana, a la que respondieran Vitier y sus acólitos con el mundo otro que prometía ser Orígenes. El cierre del libro es el umbral de un tiempo en el cual la poesía tendría que encarnarse en nuevas formas. Esas nuevas formas, nos dice ahora su autor, sólo podría procurarlas la Revolución.

Salto a cont. Siguiente: Coincidamos... »
1   Inicio
2   Coincidamos...

Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

Onoloria
CED
El regreso y otros cuentos
La ciudad de las columnas
La edad de oro
Paradiso
NOTICIERO
SOCIEDAD
ECONOMÍA
CULTURA
los libros
el criticón
el caldero
INTERNACIONAL
DEPORTE
MÚSICA
OPINIÓN
DESDE...
ENLACES
Chat
ENTREVISTA
Cartas
BUSCADOR
Galeria
EDICIONES
» Actual
« Anterior
» Siguiente
Seleccionar
D:  
M:  
A:  
   
Tribuna
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.