Miércoles, 20 febrero 2002 Año III. Edición 306 IMAGENES PORTADA
El criticón
Juan Candela equivocado

El Mirón Cubano estrenó en Matanzas su versión teatral del cuento de Onelio Jorge Cardoso.
por RODOLFO DAMIáN  

A mediados de enero arrancó, con fuerte promoción, el Primer Encuentro Nacional de Teatro Callejero, Matanzas 2000.

Se trata de una experiencia teatral cuyos orígenes datan de las postrimerías del Medioevo, y que en América Latina tiene marcada presencia tanto por razones históricas como económicas, ya que con pocos elementos y mucho coraje es capaz de movilizar al público. Todo ello sin el acostumbrado rito del encierro entre cuatro paredes.

El Encuentro, promovido por el Teatro Mirón Cubano de la ciudad de Matanzas, ha sufrido varios cambios desde que Albio Paz, su director, optó por esta clase de representación, seducido por la posibilidad de explorar posibilidades histriónico-espaciales.

Respaldado por otros grupos nacionales afines a esta cuerda —que utilizan el lugar menos pensado con un falso aire de feria—, el Mirón Cubano estrenó su versión teatral del cuento Juan Candela, de Onelio Jorge Cardoso.

La utilización de zancos, títeres, muñecos andróginos, casi esperpénticos, y el delirante ritmo de las actuaciones, más el uso de colores que resultaron en un cromatismo algo apagado, hizo que por momentos existiera una dicotomía que frenó el equilibrio necesario entre puesta en escena y ambiente. También se echó en falta algo de emoción.

Violentar la historia de Juan Candela, su mensaje, no fue lo más acertado. La misma línea transversal de la dramaturgia, con sus constantes rompimientos, en lugar de contribuir a la comprensión de la obra, la empobreció.

Contando con un buen elenco de actores, con un movimiento escénico que aprovecha todo el área de la presentación, con un diseño de muñecos atrayente a pesar de todo, Albio Paz debía haber retomado o sustituido algunas escenas, para que Juan Candela se volviera entendible de cara al público: para que provocara, por las plazas y rincones de la geografía matancera, la risa que es consustancial a este personaje de Onelio Jorge Cardoso.


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