Martes, 24 diciembre 2002 Año III. Edición 522 IMAGENES PORTADA
El caldero
Los enseres de cocina (I)

por PANTAGRUEL, Madrid  

Cocinar puede depararnos momentos muy agradables, sobre todo cuando se desea agasajar a amigos y seres queridos. Pero para que ese placer sea completo, debemos sentirnos cómodos a la hora de trabajar y una parte importante de esa comodidad depende de las herramientas (otra cosa no son) que empleemos. Hay en el mercado un surtido lo suficientemente amplio para aturdir a cualquiera y muchos de los productos que se comercializan son poco menos que inútiles. Hoy les presentaré a los destinados a proporcionar calor, con sus ventajas y desventajas. No incluyo a los microondas pues nada tienen que ver con la buena cocina.

1. La cocina. Si exceptuamos las antiguas de carbón o leña (verdaderas joyas, pero muy trabajosas) hoy las opciones se reducen a dos: las de gas y las de vitrocerámica. Aunque las segundas están muy de moda, sobre todo porque son muy fáciles de limpiar, siempre preferiré una buena cocina de gas. Las razones son básicamente dos. En primer lugar, porque carecen de inercia térmica. Es decir, la temperatura se baja o sube de forma inmediata, cuando abrimos o cerramos la llave, lo que no ocurre con la vitrocerámica, que retiene el calor durante algún tiempo. Otra ventaja de la cocina de gas es que permite el empleo de ollas tradicionales de barro o hierro, con superficies cóncavas, que no pueden usarse en las de vitrocerámica.

Otro factor importante a la hora de elegir la cocina es su tamaño, así como la forma de las rejillas donde se colocan las ollas. Una cocina práctica debe tener la suficiente amplitud como para permitir utilizar todas sus hornillas simultáneamente, lo cual no ocurre con muchas de las que encontramos en el mercado. Las más prácticas son las de cuatro hornillas y si tienen un espacio en el medio como para apoyar los elementos que estemos utilizando, mucho mejor. Claro que se trata de cocinas que ocupan mucho espacio y hay que disponer de él para que no constituyan un estorbo.

En cuanto a la forma de las rejillas que entran en contacto con las cazuelas, es necesario comprobar que estén concebidas de forma tal que permitan colocar recipientes pequeños sin necesidad de tener que hacer malabarismos, como ocurre en muchas ocasiones.

2. El horno. A diferencia de lo que ocurre con la cocina, el horno eléctrico es más práctico, pues permite graduar la temperatura con más exactitud, lo que resulta fundamental, sobre todo en repostería. Debe ser lo más amplio que podamos permitirnos y los encontramos tanto incorporados a la propia cocina como independientes. En ese sentido, la elección depende del gusto, ya que son igualmente eficientes. La ventaja que reportan los hornos independientes es que pueden colocarse a la altura que le resulte cómoda a cada cocinera o cocinero, aunque los que vienen incorporados en las cocinas tampoco son incómodos si utilizamos una silla o banco. En cuanto al tamaño, es algo que usted debe decidir, en función del presupuesto de que disponga y del tamaño de las piezas que se disponga a hornear.

El otro elemento importante que debe tener un horno es una puerta de vidrio, que nos permita ver lo que estamos asando sin necesidad de abrir la puerta, ya que con ello se pierde el calor, lo cual no es recomendable en los procesos de horneado.

3. La parrilla o barbacoa. Si usted tiene patio o algún espacio exterior, una parrilla o barbacoa puede proporcionarle momentos inolvidables, sobre todo en las épocas del año en que el clima es propicio. Hay innumerables diseños y se fabrican de muchos materiales: aluminio, hierro, ladrillos refractarios, etcétera. También los precios varían mucho: desde unos diez dólares hasta más de mil, si se trata de una pieza fija, de ladrillos, con chimenea y hecha a mano. Es obvio que ésta es la mejor, pero no todos nos la podemos permitir, sobre todo teniendo en cuenta que su uso es limitado. Una opción intermedia y que da muy buenos resultados es la de hierro, sobre todo si tiene ruedas. Al igual que con todo, la amplitud es un factor que influye mucho en la comodidad de su uso, ya que, si la parrilla es pequeña, es posible que tenga que cocinar en varias tandas. Aunque los profesionales de esta especialidad nunca se separan de la parrilla y comen a pie de obra, como quien dice.


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