Fernando Rojas, vocero de la delegación del gobierno cubano a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, ha declarado a la prensa mexicana que la revista Encuentro es "una operación política del gobierno de Estados Unidos y ha sido financiada por la National Endowment for Democracy, (...) pantalla de la CIA", poniendo en duda la autonomía del proyecto y de sus directivos, a los que atribuye incluso "difundir mentiras que podrían justificar una agresión militar directa a Cuba".

Aunque nos consta que tanto Fernando Rojas como las restantes autoridades cubanas saben perfectamente que esto es falso, deseamos efectuar algunas puntualizaciones dirigidas a los lectores que no conocen la trayectoria de la revista Encuentro. Para ello nos remitimos al texto de presentación del primer número (verano de 1996), que nos define así:

"La revista Encuentro tendrá como objetivo primordial el constituirse en un espacio abierto al examen de la realidad nacional. En nuestras páginas hallarán cabida tanto contribuciones de cubanos que viven en la Isla como de aquellos que residen en otros países, y también, desde luego, reflexiones de intelectuales extranjeros sobre nuestro país y su circunstancia. Pretendemos contribuir así a que nuestra cultura aparezca en su diversidad, en su vocación contemporánea e internacional, como una de las principales esperanzas de la nación".

"Encuentro de la Cultura Cubana no representa ni está vinculada en modo alguno a ningún partido u organización política de Cuba o del exilio. La Revista no publicará ataques personales ni llamados a la violencia y sólo aplicará el criterio de calidad en la selección de sus colaboraciones. A partir de estas premisas, Encuentro estará abierta a puntos de vista contradictorios e incluso opuestos, dará acogida y aún estimulará las polémicas, prefigurando así la sociedad plural que deseamos para nuestro país".

Sólo nos resta decir que esta declaración de principios se ha cumplido rigurosamente y que jamás Encuentro ha publicado incitaciones a la violencia y mucho menos justificado ningún tipo de agresión militar a Cuba, hecho contra el que nos pronunciamos tajantemente aquí una vez más.

Respecto a la financiación de nuestros proyectos, nos remitimos a la introducción del número 25 de la Revista (verano de 2002), al cumplirse seis años de su fundación.

"En el recuento de estos seis años de trayectoria, es inevitable recordar cómo llegó a materializarse nuestro proyecto, de la mano de la Agencia Española de Cooperación Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores de España (AECI), que le brindó todo su apoyo cuando sólo era un esbozo sobre el papel de unas cuantas ideas, aunque muy claras y definidas".

"A lo largo del camino se fueron produciendo adhesiones de muy diverso signo: la Fundación Pablo Iglesias del PSOE (España), el Centro Internacional Olof Palme (Suecia), el National Endowment for Democracy (Estados Unidos), el Partido Socialdemócrata Sueco, la Fundación Caja Madrid (España), The Ford Foundation (Estados Unidos), la Dirección General del Libro del Ministerio de Educación y Cultura de España, la Junta de Andalucía (España), The Open Society Institute (Estados Unidos), la Fundación ICO (España) y, recientemente, la Comunidad Europea; sin que cesara el respaldo continuado de la AECI".

Es evidente que, desde su fundación hasta la fecha, Encuentro ha suscitado la más amplia y plural adhesión de las instituciones del mundo democrático, cuyo patrocinio no significa, dentro de esta cultura democrática, la menor intromisión en la línea editorial de la Revista, cosa que jamás habríamos tolerado. Tal vez esto sea difícil de comprender desde una óptica totalitaria, donde, por ejemplo, sería impensable que el gobierno o las instituciones cubanas contribuyeran a financiar, ni en Cuba ni en ningún otro país, una publicación independiente que no obedeciera estrictamente a sus dictados ideológicos.

Pero el mundo democrático es diferente. Tan diferente, que una fundación creada por una empresa capitalista norteamericana, como es The Ford Foundation, está actualmente financiado a Encuentro, pero también, dentro de Cuba, a las siguientes instituciones:

-A través de la Fundación Amistad, financia la modernización de la Biblioteca de la Casa de las Américas y la capacitación de la administración de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

-A través del Social Science Research Council financia la preservación de documentos y capacitación de personal en el Archivo Nacional, la Biblioteca Nacional, la Sociedad Económica Amigos del País y otras bibliotecas.

-A través del Woodrow Wilson Center for International Scholars financia el Centro Juan Marinello.

-A través de la ONG OXFAM, financia proyectos de la ANAP y de la agricultura hidropónica.

¿Significa esto que la Casa de las Américas, la Biblioteca Nacional o el Centro Juan Marinello son instrumentos de la CIA o una operación política del gobierno de los Estados Unidos? Evidentemente, no. Como no lo es Encuentro, y bien lo saben las autoridades cubanas, que llevan 40 años tratando de descalificar con el sambenito de "agentes de la CIA" a toda actividad cultural de escritores y artistas cubanos que escape al control del régimen actual.

Lo que habría que preguntarse es por qué una revista editada en España por un grupo de escritores y artistas que han sido despojados de todos sus derechos dentro de Cuba, que se han visto obligados a vivir fuera de la sociedad que les pertenece y dentro de la cual deberían poder expresarse libremente y proponer legítimamente opciones de gobierno, y que no esgrimen otra arma que sus ideas, preocupa tanto a un régimen que domina la totalidad del territorio cubano, la vida de sus once millones de habitantes, la autorización o veto a que entren o salgan de la Isla, absolutamente toda la prensa escrita, radial y televisada del país, los libros que en él se publican, las películas que se exhiben, en fin, el control total de la nación.

¿Será que no pueden controlar ese otro territorio inaprensible: la mente de sus ciudadanos?

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