Jueves, 05 diciembre 2002 Año III. Edición 509 IMAGENES PORTADA
Cultura
Guadalajara y los asnos sin garras

por ALEJANDRO ARMENGOL, Miami Parte 3 / 3

Monigotes son los ancianos poetas de verso refinado, los ensayistas que han gastado muchas noches de su vida descifrando textos, los novelistas que lograron concebir tramas complejas y personajes destacados y los autores teatrales de dramas y comedias sobresalientes. Ninguna acrobacia de ballet abolirá el asco de la Feria. Mucho menos un cantante de voz breve y algún que otro desafinado. Ni las rumberas logran salvarse en Guadalajara.

Entre una bestia que tosió, gritó y bostezó durante la presentación de Letras Libres y un intelectual que llega del mar al lago, y al menos reclama un mínimo de atención en la lectura de su obra, no hay diferencia alguna. No hay diferencias entre un gritón en una Guadalajara hospitalaria para los castristas y no tan hospitalaria para los contrarios, y un cantante que viaja a una Miami en última instancia hospitalaria para todos, porque de lo contrario no podía entrar aquí, y se queja —con razón— de que unos pocos energúmenos gritan y lanzan alguna que otra botella a los que quieren oírlo, y tenga que intervenir la policía para asegurar que reine la hospitalidad —como debe ser, le guste o no le guste a todos, y sin olvidar las diferencias entre una ciudad extranjera para todos y una comunidad exiliada—, "porque él es un artista y no un político".

Sí hay una diferencia notable entre Miami y Guadalajara para el intelectual o artista que viene de visita. Una diferencia de trajes, pero no de ropa. Para venir a Miami todos se visten de creadores. Para viajar a Guadalajara, tuvieron que aceptar disfrazarse de políticos, de alabarderos de un régimen que muchos de ellos desprecian mientras esperan impacientes por su desaparición. No importa que luego, en la tranquilidad de una sala familiar o en un momento de confidencia, declaren a sus amigos que ellos no tienen que ver nada con el Gobierno. Como han hecho y van a seguir haciendo, con todo el derecho que les asiste por vivir bajo un régimen totalitario: cambiar de casaca.

Todos, poetas, novelistas, narradores, músicos, pintores y artistas en general, deben saberlo: para Fidel Castro no son más que marionetas. No importa el disfraz. Para no seguir haciendo un papel tan triste tendrían que abandonar casa, ropa y comida.

El problema es que lo saben. Si callan o gritan es porque les mandan. Los domina el miedo, un miedo real y hasta cierto punto justificado, porque muchos de ellos sufrieron la represión y el recuerdo de las purgas y el ostracismo es una memoria aún muy reciente, pese a que también algunos de esos mismos perseguidos de hace unos años se apresuren en declarar ahora que el pasado ha quedado atrás. Una parte del pasado ha quedado detrás; la otra vive en el presente. Son esclavos, aunque luego se encierren frente una hoja en blanco y logren llenarla con un mínimo de literario decoro. Son bufones, pese al prestigio que puedan otorgarle sus libros. Sólo algunos para el exilio y pocos para el mundo: todos para los ojos de Castro.

Para el gobernante cubano, los escritores y artistas no son más que muñecos insignificantes, dedicados a un oficio que él se empeña en convertir en una actividad pueril: charlatanes temerosos ante un periodista y deslumbrados frente a la sala llena de un auditorio complaciente: asnos sin garras los que gritaron; asnos con herraduras los que todavía no se atreven a salir del pesebre, ya sea en Cuba o en el exterior.

Bestias de carga. Nobles brutos. Eso es lo que son a los ojos de un dictador que goza del poder de convertir un evento literario y editorial en una confrontación política. Cuando no puede mandar a sus tropas, Castro se limita a enviar la impedimenta.

Salto a cont. Volver: Inicio »
1   Inicio
2   ¿Pudo alguien...?
3   Monigotes son...

Imprimir Imprimir Enviar Enviar

En esta sección

Putsch en Guadalajara
NéSTOR DíAZ DE VILLEGAS, Los Ángeles
El desfiladero de los malditos
JOSé HUGO FERNáNDEZ, La Habana
Informe sobre el presente
ENRIQUE DEL RISCO, Nueva Jersey
Trincheras de piedra
ARMANDO AñEL, Madrid
Fascismo en Guadalajara
En carne viva
RAFAEL E. SAUMELL, Texas
NOTICIERO
SOCIEDAD
ECONOMÍA
CULTURA
ojos de lector
biblioteca
el criticón
el caldero
INTERNACIONAL
DEPORTE
MÚSICA
OPINIÓN
DESDE...
ENLACES
Chat
ENTREVISTA
Cartas
BUSCADOR
Galeria
Mini
EDICIONES
» Actual
« Anterior
» Siguiente
Seleccionar
D:  
M:  
A:  
   
Ventilador
 
 
PORTADA ACTUAL NOSOTROS CONTACTO DERECHOS SUBIR
 
© 1996-2003 Asoc. Encuentro de la Cultura Cubana.