| San José. Ocha Griñán. Babá Achó. |
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| El pasado 19 de marzo se celebró en la Isla la fiesta del Patrono de la Iglesia Universal. |
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| por NATALIA BOLíVAR, La Habana |
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San José, esposo fiel de la Virgen María, padre adoptivo de Jesús y honrado artesano y obrero que vivía de su trabajo, fue descendiente de David. Su culto es tardío —aparece entre los siglos V-VI en Oriente—, extendiéndose lentamente a lo largo de la Edad Media en Occidente. En nuestros días, su figura adquiere una gran popularidad. Pío IX lo declaró Patrono de la Iglesia Universal. Pío XII instituyó la Fiesta de San José Obrero, que se celebra el 1 de mayo. Es, asimismo, patrono de los padres de familia, de tesoreros, procuradores, de los trabajadores en general. Abogado de la buena muerte. Y, especialmente, de los seminarios y centros de formación sacerdotal. En Cuba, es patrono de Bahía Honda, de los repartos Lídice, Juanelo, Arrechavaleta, de Céspedes, San José de las Lajas, Martí, Manguito, Cidra, Coliseo, Holguín, entre otros, y su fiesta se celebra el 19 de marzo.
En Cuba suele sincretizarse a San José con los Obatalás nombrados Ocha Griñán y Babá Achó.
Ocha Griñán: Se trata de un Obatalá muy viejo, mensajero de Olofi, que subía a las montañas. Vive escondiéndose del aire y anda con muletas, pero cuando se molesta, las tira y arremete con el machete. Proviene de la tierra de Iyesá y es muy pacífico. Se le reconoce porque tiembla mucho de frío y vejez. A él pertenece la lechuza, que es el símbolo de la inteligencia, la discreción y la experiencia. También es el que puede ver cuando nadie puede. Le pertenecen los Ibeyis; Salakó (varón) y Talabí (hembra). Por este camino dicen que conduce al ilé que Olofi tiene en la loma. Está sincretizado con Jesús crucificado, San José de la Montaña y San Sebastián.
Otros lo consideran hijo de Oddúa y rey de Ogbomoshe y Egigbo. Su sopera la dividen en tres partes: una para la otá o piedras, otra para el diloggún, y la tercera para las herramientas. Los arará lo llaman Makenu y lleva tres flechas en un flechero forrado con las cuentas de Obatalá, 3 plumas de loro dentro y 8 afuera, un bastón forrado con cuentas de blancas, un machete, una espada, un Santísimo, una manilla torcida, un Yoreshoro en un caballo con la pata levantada, un colmillo de jabalí y otro de león, una bola de billar, marfil, nácar y corales. Es marido de Ochanlá y anda con Yewá en Aragún, oddún de Ifá. Él fue el que trajo el orden al mundo y para ello empleó a su hijo Ojiniyán. Lleva además entre sus atributos otro juego de herramientas de estaño en el medio de las tres divisiones de su sopera, y una bola de adivinar de cristal sobre un tablero de Ifá consagrado, y una mano de Orula, ya que fue él quien dio a Orula el secreto de cómo pelar el ñame para hacer el aché o yefá. Trabaja con los fundidores del plomo, fabricó la lanza y le quitó al buitre y a la tiñosa las plumas de sus cabezas. Muchos lo consideran, por el contrario, un guerrero que vive al pie de los árboles, siendo su mata preferida la hiedra.
Por su parte, Obatalá o Babá Achó es un orisha poco conocido. Se sabe que entre sus atributos se encuentran un hacha y una sierra; es por ello que suele sincretizarse con San José, que era carpintero, lo que justificaría la presencia del hacha y la sierra entre los atributos de Babá Achó; así como también el lirio, símbolo de la pureza y las dos palomas en un cesto.
Baba Achó es joven, baila en un pie y fue rey de Ibadán. Su Osain se monta en un caballo, lleva un juego de herramientas de fundamento de plata, un bastón forrado con cuentas, una bola de billar, 2 muñecos, 4 caracoles y 4 plumas de loro. Es guerrero y viste una banda roja a la cintura, al igual que su padre Ochagriñán y su hermano Ayágguna.
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