| Carta a la bolsa de polietileno |
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Parte 1 / 3 |
Salvadoras e inolvidables bolsas de polietileno:
Creo que por ahí empezó todo. Me extraña, incluso, que a ningún babalao se le haya posado en el cerebelo el tomeguín de la adivinación con ustedes. Con lo ágiles que son. Los babalaos. Y los tomeguines también. Si ya te ven el tarro en los cuatro cocos, si te descubren a la monada que se te va a encarnar, en unos caracoles, cómo a nadie se le ha encendido el bombillo de tirarte una consulta a golpe de polietileno. Tres bolsitas al aire, cuatro, según caigan las esquinas. Hacia arriba: Veo un viaje, te piras. Lancha, avión, jiquí, pinotea, ébano y marfil. Hacia un lado: Un caballero aparecerá en tu vida. Coñó, un gallego. Directo de la rapa das bestas, con peste a rocín desilusionado. Hacia abajo: te toca el verde. ¿Cuál verde? ¿Romerillo? ¿Verde que te quiero verde? ¿Campo alegre? ¿Agricultura o parné? ¿Pasta, cocos, moni, guano, lana, tablas, fulas, janes, plata, baros, rayas, toletes, maracas, morocotas, verdolagas, cañas, faos, palomas, monjas, pescaos, bombas? Lo malo del mulo es que no camina pa´lante. La adivinación sería pa´tras. Con ustedes sólo se adivinaría el pasado. "¿Quién dijo que todo está perdido?" Nadie sabe el pasado que va a tener.
Pero sí hay una verdad innegable en nuestros árboles genealógicos: en sus raíces tienen una bolsita de polietileno. Es cierto que en Cubita la bella el que no tiene de congo tiene de carabalí. Y una bolsita prieta, dos bolsitas prietas, tres bolsitas prietas se balanceaban sobre el Cordón de la Habana. Nadie puede negar a esta hartura del partido que tiene algo oscuro en su pasado. Doblada, abierta, democrática, llena o vacía, hay una bolsita de polietileno.
Creo que por ahí empezó la bolsa negra. Menos para llevar la caca al policlínico, servían para cualquier cosa. Para coger el salidero de una pila, para forrar el colchón del niño, para guardar los papeles de la abuela muerta, para coger las goteras debajo de las tejas, para jugar al Zorro vengador, para los cuellos de las camisas de los guagüeros, para forrar la libreta de abastecimiento, para entizar cables, para los bajos del pantalón, para los parches de los bongoses, para la carne de puerco, para cubrir injertos, para hacer pelotas, para el tapa ojos de los caballos, para esconder la Biblia y los breviarios, para las africanas del Parque Lenin, para cubrirte del aguacero, para recoger el menudo de la guagua, para hacer doiles, para el poquito de cemento que sobró, para hacer caguas, para recoger cabos en las paradas, para el "mira lo que te traje", para techar terrazas, para la guardia de los reclutas, para el maíz de los pollos, para la dentadura postiza, para llevar los cubiertos, para tapar botellas, para las piezas de repuesto, para el pan, para las posturas de aguacate, para poner la mantequilla cuando aparecía, para las casas de tabaco, para embarajar la falta de cristales, para llevar un pudín al vecino, para parches de piratas, para adornitos de oficina, para las pilas de las linternas, para los calzoncillos empercudidos, para lo que sobró en el restaurante, para el trajín, para las posturas de cortinas rompevientos, para guantes, para flequitos de ornamentación de los CDR, para impermeabilizar pachangas y sombreros, para el "me llevo un tin de esto", para guardar los espejuelos, para el café que traían los parientes, para las posturas buenas y las posturas malas, para el manubrio de la bicicleta, para el aparato de fabricar Tupamaros, para las posturas de gallina, para la meriendita, para las trusas mojadas, para crespones de luto, para las posturas intransigentes, para recoger conchas en la playa, para la picadura de las pipas, para guardar submarinos rusos, para que no se empapara Jonás dentro de la ballena.
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